30 de julio. Día Mundial contra la Trata de Personas.

El 30 de julio es el Día Mundial contra la Trata. Desde Adoratrices Europa-África se han llegado a atender aproximadamente un millar de mujeres que han sufrido la trata en el año 2022. Desde la Diócesis de Málaga, se realizó una publicación de un testimonio ocurrido en nuestra Obra Social, Adoratrices Málaga. El testimonio dice así:

«Un día mis padres deciden venderme a una familia polaca que reside en España por 3.600 euros. A partir de este momento soy obligada a ser pareja del hijo de 15 años de la familia. Yo contaba en ese momento con 14 años. A su vez, este chico también fue comprado por la misma familia polaca. Durante un año y cuatro meses estuve obligada a mendigar y trabajar vendiendo flores y entregando todo el dinero obtenido a mi “suegra”. Si la cantidad era inferior a lo esperado, era insultada y golpeada. 

Diariamente, a las 7.00 de la mañana, me trasladaban a algún pueblo o localidad de alrededor, me dejaban sola y me recogían a las 12.00 de la noche para el ejercicio de la mendicidad. Retuvieron mi documentación y me privaron de toda libertad, no podía salir sola a la calle, salvo cuando me obligaban a trabajar o mendigar.

También me forzaron a mantener relaciones sexuales con el chico con el me impusieron estar. Obviamente relaciones no consentidas. Lo pasé muy mal, no sabía cómo salir de esta situación.

Por si fuera poco lo que tuve que sufrir, me quedé embarazada de este chico (tras un aborto natural previo). Durante el embarazo me obligaron a seguir trabajando en las mismas condiciones. Si ya era difícil todo, estando embarazada la cosa era aún peor. Incluso me privaban de comer.

Cuando tenía apenas 15 años, nació mi hija. A partir de este momento la situación empeora. Me impiden mantener relación con mi propia hija, siendo mi “suegra” quien se hacía cargo. Yo, en contra de mi voluntad, tenía que ocuparme de la casa, trabajar y mendigar. La bebé dormía con mi “suegra”. No podía disponer de mi propia hija. Fue horrible el no poder tenerla cerca.

Buscando una salida, decido llamar a una mujer que me ofreció su ayuda. Esta mujer trabajaba en una frutería y siempre me veía mendigar. Así que, un día, se acercó a mí y mostró su preocupación, por lo que empezamos a tener una amistad. Gracias a esto, conseguí su contacto y pude pedir ayuda. Por suerte, mi amiga pudo refugiarme en su casa.

Acudo a la policía para solicitar ayuda. Ese mismo día me ingresaron en un centro de menores y, al cumplir la mayoría de edad, fui acogida en el programa “Vive y Camina” de Adoratrices de Málaga. Aquí pude reconstruir mi vida y abrirme un camino hacia la libertad y la autonomía».

Seguimos dando difusión y sensibilizando sobre la trata de seres humanos. De este modo, la población estará más atenta a los detalles sobre esta situación que, por desgracia, es común.

Enlace del artículo de la Diócesis de Málaga:

https://www.diocesismalaga.es/pagina-de-inicio/2014057964/pude-reconstruir-mi-vida-y-abrirme-un-camino-hacia-la-libertad/